5/24/2009

Paranoia


Cada vez que veo el sol no puedo evitar gritar, me siento como un vampiro en el ecuador a las 12 del día,- es horrible-, no sé cual es la idea de sacarme de mi encierro; total yo no voto, no pago impuestos y ni siquiera puedo dar sangre por mi hepatitis B.
Mis ojos se han vueltos más sensibles a la luz a medida que se ponen más azules, pero eso parece no importarle a nadie.
Amo mi habitación, las mullidas paredes y el blanco, ese blanco que hace soñar con la nieve, los osos polares y el camino a la felicidad que luego de matar al resto del mundo tendremos tú y yo, bueno si es que es verdad que me esperarás, a estas alturas no debería creerte.
Me cansé de contarles sobre las voces, estoy harto de que me miren con lástima, sé que me odian y que en cualquier momento de descuido actuarán, pero no lo permitiré, tengo todo listo,-creerán que no me doy cuenta?- lo malo de ser tan astuto es que tengo mucha hambre, ni loco comeré su comida, he visto la cara de la enfermera del turno de la mañana.
Cuando me inyectaron penicilina por la amigdalitis alcancé a sacar la jeringa del tacho de la basura y con mucha paciencia está lista mi defensa frente al ataque de los enemigos, los escucho cuando hablan sobre mí usando esos términos médicos que creen no comprendo, sé lo que tienen reservado para mí y no hay mejor auto defensa que el ataque, es simple son ellos o yo.
Que sería de mí de no ser tan inteligente, soy muy buen actor y finjo estar muy a gusto, tengo todo listo , tal como lo pediste, igual que la vez anterior espero que tú me ayudes o al menos no me delates, además te conviene no hacerlo, si yo me largo de aquí, ¿quien te traería las sobras o los huesos del costillar de cerdo que nos sirven dos veces al año?.

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