Sueños truncos
se visten de domingo
y pasan revista
a unos pocos sueños
Cupido llenó la copa
para romperla
sobre nuestras cabezas
sábanas negras
que humedece el sol
crónica breve
Tomé el atajo
que muestra el rechazo
Caminé
cuando movían el piso
desvelé constelaciones
dando vueltas en le cama
Mi abrazo duerme sin ti
y sólo cobija olvido
8/31/2007
8/27/2007
El primer día de lo incierto
Para Ariel , Alejandro o el nombre que hoy lleve, vaya esta brisa de palabras a secar la llovizna, sea este recuerdo, ungüento de nubes sobre la piel, anestesia sobre una herida que se niega a cerrar.
Las luces se apagaron de improviso, la ciudad quedó completamente a oscuras, una ráfaga de viento despeinó el follaje de los árboles tirando al suelo las hojas secas que llegaron a nutrir el tapiz amarillento del otoño. Las personas se agolpaban en los pocos almacenes que aun tenían sus puertas abiertas, para comprar pilas y velas, el noticiero radial no cesaba en sus despachos desde el lugar de los hechos,- todo era un caos-.
Las torres de alta tensión sufrían el embate de la intolerancia otra vez, mientras en la oscuridad de una habitación el tiempo transcurría distinto, el espacio se había reducido al punto de no poder despegarse, alternando la respiración para no dejar sin aliento al otro, los minutos pasaban rápido la sed visitaba los labios y provocaba beber hasta saciarse.
Los múltiples accidentes por la oscuridad reinante tenían colapsada a la asistencia pública, las ambulancias con el ir y venir de sus sirenas no permitían dormir, era inútil recordar antiguos cuentos infantiles4s para llevar a los niños al mundo de Morfeo.
La habitación se hacía más pequeña y el aire parecía no alcanzare para ambos, la naturaleza aportó a ese encuentro furtivo con nubes lluvia y severos retos celestiales opacaron el sonido de los besos. Manos por todas partes conquistando rincones prohibidos para ambos por llevar un rótulos con un nombre distinto, por cargar conflictos no resueltos. Muslos y lengua confundiéndose en la tibieza de cada abrazo y la delicia de no poder reconocer la real extensión de sus cuerpos, la cama ardiendo al calor de las caricias, a pesar del temporal sin duda allí quedaba primavera.
Un hombre y una mujer amándose por primera vez, dejando los prejuicios tirados junto a la ropa, interpretando una obra maestra usando sus cuerpos como instrumento: ojos abiertos de par en par reconociéndose y recordando guardar distancia frente al resto del mundo, ojos que se cerraban una y otra vez reclamados por los besos.
Él detuvo el latir del deseo y escuchó el propio, el cuerpo de ella lo acogía y lo expulsaba, era un ir y venir un quedarse y partir que lo encendía al punto de poder olvidar la culpa, los pechos de ella eran dos pequeños y redondos faros alumbrando el primer día de lo incierto. A cada momento el aire se agitaba y entraba en ambos acelerando la respiración, gemidos y suspiros cantaban la canción de ese encuentro, el tiempo se4 detuvo, los truenos no se oyeron.
La noticia del terrible dinamitazo cruzó de extremo a extremo nuestra larga y angosta faja de tierra, el sol comenzó a desperezarse decidido a terminar con la oscuridad. Pronto el daño de las torres fue reparado y paulatinamente la electricidad retomó sus labores por doquier, menos en aquella habitación, allí la oscuridad persistía en quedarse, de la misma forma que lo hacía el invierno en el jardín del gigante, rebelde, soberbia, eterna´
Él y ella volvían a su rutina de mentiras,sacrificando la felicidad de estar juntos por cuidar la de otros, luego, frente al resto todo sería una forzada y casi indiferente camaradería, un hablar de cosas triviales tomando desayuno, haciendo grandes esfuerzos por no cruzar las miradas y quizá tomarse las manos por debajo de la mesa.
Los meses pasaron todo siguió igual, ni los besos, ni las caricias, ni el amor pudieron más que la culpa.
El desenlace no fue feliz como en los cuentos de hadas que escuchamos cuando niños, sólo hubo una ganancia, -la tormenta eléctrica-, porque después de aquel encuentro en el primer día del invierno, los truenos para ella suenan muy, pero muy dulces.
Las luces se apagaron de improviso, la ciudad quedó completamente a oscuras, una ráfaga de viento despeinó el follaje de los árboles tirando al suelo las hojas secas que llegaron a nutrir el tapiz amarillento del otoño. Las personas se agolpaban en los pocos almacenes que aun tenían sus puertas abiertas, para comprar pilas y velas, el noticiero radial no cesaba en sus despachos desde el lugar de los hechos,- todo era un caos-.
Las torres de alta tensión sufrían el embate de la intolerancia otra vez, mientras en la oscuridad de una habitación el tiempo transcurría distinto, el espacio se había reducido al punto de no poder despegarse, alternando la respiración para no dejar sin aliento al otro, los minutos pasaban rápido la sed visitaba los labios y provocaba beber hasta saciarse.
Los múltiples accidentes por la oscuridad reinante tenían colapsada a la asistencia pública, las ambulancias con el ir y venir de sus sirenas no permitían dormir, era inútil recordar antiguos cuentos infantiles4s para llevar a los niños al mundo de Morfeo.
La habitación se hacía más pequeña y el aire parecía no alcanzare para ambos, la naturaleza aportó a ese encuentro furtivo con nubes lluvia y severos retos celestiales opacaron el sonido de los besos. Manos por todas partes conquistando rincones prohibidos para ambos por llevar un rótulos con un nombre distinto, por cargar conflictos no resueltos. Muslos y lengua confundiéndose en la tibieza de cada abrazo y la delicia de no poder reconocer la real extensión de sus cuerpos, la cama ardiendo al calor de las caricias, a pesar del temporal sin duda allí quedaba primavera.
Un hombre y una mujer amándose por primera vez, dejando los prejuicios tirados junto a la ropa, interpretando una obra maestra usando sus cuerpos como instrumento: ojos abiertos de par en par reconociéndose y recordando guardar distancia frente al resto del mundo, ojos que se cerraban una y otra vez reclamados por los besos.
Él detuvo el latir del deseo y escuchó el propio, el cuerpo de ella lo acogía y lo expulsaba, era un ir y venir un quedarse y partir que lo encendía al punto de poder olvidar la culpa, los pechos de ella eran dos pequeños y redondos faros alumbrando el primer día de lo incierto. A cada momento el aire se agitaba y entraba en ambos acelerando la respiración, gemidos y suspiros cantaban la canción de ese encuentro, el tiempo se4 detuvo, los truenos no se oyeron.
La noticia del terrible dinamitazo cruzó de extremo a extremo nuestra larga y angosta faja de tierra, el sol comenzó a desperezarse decidido a terminar con la oscuridad. Pronto el daño de las torres fue reparado y paulatinamente la electricidad retomó sus labores por doquier, menos en aquella habitación, allí la oscuridad persistía en quedarse, de la misma forma que lo hacía el invierno en el jardín del gigante, rebelde, soberbia, eterna´
Él y ella volvían a su rutina de mentiras,sacrificando la felicidad de estar juntos por cuidar la de otros, luego, frente al resto todo sería una forzada y casi indiferente camaradería, un hablar de cosas triviales tomando desayuno, haciendo grandes esfuerzos por no cruzar las miradas y quizá tomarse las manos por debajo de la mesa.
Los meses pasaron todo siguió igual, ni los besos, ni las caricias, ni el amor pudieron más que la culpa.
El desenlace no fue feliz como en los cuentos de hadas que escuchamos cuando niños, sólo hubo una ganancia, -la tormenta eléctrica-, porque después de aquel encuentro en el primer día del invierno, los truenos para ella suenan muy, pero muy dulces.
8/24/2007
Sentido del deber
El invierno era implacable, la aldea lucía desolada Las madres hacían lo imposible por alimentar a sus pequeños, el barro y el frío cobraban vidas.
Se convocó a los guerreros. Los poderosos se reunieron, eran guerreros antiguos, solemnes y valientes, íntegros, casi eternos; la decisión fue simple: era imperativo buscar otro territorio y levantar la aldea en terrenos más aptos para la vida.
No se trataría de una simple mudanza, ya que, los mejores lugares estaban ocupados.
Los terrenos altos, protegidos de las inundaciones, tan perjudiciales para la colonia, fueron perdidos hace muchos inviernos, aunque todos dieron lo mejor de sí en la lucha, no bastó y sólo ganaron decenas de ciento de cadáveres y miles de corazones de madres, abuelas y novias, absoluta e irremediablemente destrozados.
En esa oportunidad los vencedores fueron desalmados y ni siquiera permitieron sepultar a los muertos, fomentando que la rapiña diera buena cuenta de ellos. Desde ese entonces el odio entre ambas naciones fue casi un culto que se difundió de generación en generación.
La hora de actuar llegó, todo estaba dispuesto: las armas, los víveres, la fuerza y el amor, el llanto de la despedidas sería como un manto protector y los abrazos, los cientos de abrazos, un escudo infranqueable, -comenzó la marcha sin retorno-.
Los guerreros se agazaparon entre la abundante vegetación por causa de la lluvia, avanzaron muy lentamente como si en cada centímetro recorrido se detuvieran a poner la marca de su clan y honraran a sus muertos.
Apenas despuntó el alba los vigías detectaron a los intrusos y entonces comenzó la batalla.
El alto mando de ambos ejércitos observaba y dirigía desde la altura, la ferocidad del odio inculcado había dado sus frutos, los cuerpos mutilados volaban y se detenían con el impacto de otros. La muerte fijó la mirada en el campo de batalla y dispuso el albergue de sus próximos huéspedes, las almas de todos se contrajeron por el espanto de la ocasión y el corazón de muchos se mojó la cara y tomó un último aliento.
Como en el cine, la vida de cada uno pasó frente a sus ojos y para muchos lo hizo demasiado rápido. Muchos pudieron huir y salvarse, pero, tal cobardía era impensable para guerreros de su estatura, la hora final llegaría para todos.
El disputado territorio lucía con un tapiz distinto al atardecer de ese día, los cuerpos y la sangre lo teñían de dolor, ni un solo guerrero quedó en pie, soldados y generales de ambos bandos fueron exterminados, el invierno que casi terminaba se reanudaría para las madres.
Un pájaro que sobre volaba el lugar se detuvo extrañado, pues aunque sabía como todos nosotros que era un año muy lluvioso y por lo tanto habría muchas hormigas, no entendía por qué justo en ese lugar estaban todas muertas.
Se convocó a los guerreros. Los poderosos se reunieron, eran guerreros antiguos, solemnes y valientes, íntegros, casi eternos; la decisión fue simple: era imperativo buscar otro territorio y levantar la aldea en terrenos más aptos para la vida.
No se trataría de una simple mudanza, ya que, los mejores lugares estaban ocupados.
Los terrenos altos, protegidos de las inundaciones, tan perjudiciales para la colonia, fueron perdidos hace muchos inviernos, aunque todos dieron lo mejor de sí en la lucha, no bastó y sólo ganaron decenas de ciento de cadáveres y miles de corazones de madres, abuelas y novias, absoluta e irremediablemente destrozados.
En esa oportunidad los vencedores fueron desalmados y ni siquiera permitieron sepultar a los muertos, fomentando que la rapiña diera buena cuenta de ellos. Desde ese entonces el odio entre ambas naciones fue casi un culto que se difundió de generación en generación.
La hora de actuar llegó, todo estaba dispuesto: las armas, los víveres, la fuerza y el amor, el llanto de la despedidas sería como un manto protector y los abrazos, los cientos de abrazos, un escudo infranqueable, -comenzó la marcha sin retorno-.
Los guerreros se agazaparon entre la abundante vegetación por causa de la lluvia, avanzaron muy lentamente como si en cada centímetro recorrido se detuvieran a poner la marca de su clan y honraran a sus muertos.
Apenas despuntó el alba los vigías detectaron a los intrusos y entonces comenzó la batalla.
El alto mando de ambos ejércitos observaba y dirigía desde la altura, la ferocidad del odio inculcado había dado sus frutos, los cuerpos mutilados volaban y se detenían con el impacto de otros. La muerte fijó la mirada en el campo de batalla y dispuso el albergue de sus próximos huéspedes, las almas de todos se contrajeron por el espanto de la ocasión y el corazón de muchos se mojó la cara y tomó un último aliento.
Como en el cine, la vida de cada uno pasó frente a sus ojos y para muchos lo hizo demasiado rápido. Muchos pudieron huir y salvarse, pero, tal cobardía era impensable para guerreros de su estatura, la hora final llegaría para todos.
El disputado territorio lucía con un tapiz distinto al atardecer de ese día, los cuerpos y la sangre lo teñían de dolor, ni un solo guerrero quedó en pie, soldados y generales de ambos bandos fueron exterminados, el invierno que casi terminaba se reanudaría para las madres.
Un pájaro que sobre volaba el lugar se detuvo extrañado, pues aunque sabía como todos nosotros que era un año muy lluvioso y por lo tanto habría muchas hormigas, no entendía por qué justo en ese lugar estaban todas muertas.
8/21/2007
Paraiso
Ojos semi cerrados, respiración acelerada y el corazón queriendo salir del pecho; el desalmado frío de julio no parecía inmutar a aquel hombre que resultaba ser aun más desalmado.
Calles desiertas, sólo algún perro en acto temerario buscando alimento se atrevía a recorrerlas esa noche. Aquel hombre se detuvo bajo la luz de un farol para mirarse las manos que irradiaban un brillo extraño.
Comenzó a caminar lentamente, luego sus pasos se aceleraron, quizá en un intento por escapar de sí mismo, dos o tres segundos y corría a toda velocidad. Sus piernas perdieron peso y lo que era una carrera irracional hacia adelante se transformó en una súbita ascensión.
El asfalto se volvió mullidas nubes, en tanto subía percibía el amanecer, algún ave migratoria lo miró con asombro. La paz cobijó su cuerpo.
Nubes de claro a oscuro, la libertad entraba a borbotones por cada poro, brazos abiertos, los ojos entornados hacia arriba y una amplia sonrisa,- ni siquiera alguien tan perturbado como aquel hombre se detendría a analizar lo sucedido en vez de disfrutar semejante regalo-, que importaba la muerte.
El camino se volvió demasiado familiar, la brisa se hizo viento que calaba los huesos, su estómago rugió,- que raro-, pensó aquel hombre,( como alguien que muera puede sentir hambre y frío) y cerró por un momento los ojos.
Cuando los abrió divisó dos siluetas blancas que se acercaban, fijó la mirada para descubrir las alas y la aureola. En su lugar sólo halló las tocas y las mangas en los respectivos delantales
Calles desiertas, sólo algún perro en acto temerario buscando alimento se atrevía a recorrerlas esa noche. Aquel hombre se detuvo bajo la luz de un farol para mirarse las manos que irradiaban un brillo extraño.
Comenzó a caminar lentamente, luego sus pasos se aceleraron, quizá en un intento por escapar de sí mismo, dos o tres segundos y corría a toda velocidad. Sus piernas perdieron peso y lo que era una carrera irracional hacia adelante se transformó en una súbita ascensión.
El asfalto se volvió mullidas nubes, en tanto subía percibía el amanecer, algún ave migratoria lo miró con asombro. La paz cobijó su cuerpo.
Nubes de claro a oscuro, la libertad entraba a borbotones por cada poro, brazos abiertos, los ojos entornados hacia arriba y una amplia sonrisa,- ni siquiera alguien tan perturbado como aquel hombre se detendría a analizar lo sucedido en vez de disfrutar semejante regalo-, que importaba la muerte.
El camino se volvió demasiado familiar, la brisa se hizo viento que calaba los huesos, su estómago rugió,- que raro-, pensó aquel hombre,( como alguien que muera puede sentir hambre y frío) y cerró por un momento los ojos.
Cuando los abrió divisó dos siluetas blancas que se acercaban, fijó la mirada para descubrir las alas y la aureola. En su lugar sólo halló las tocas y las mangas en los respectivos delantales
8/20/2007
Duerme
Horas sobre el espejo
reflejos en la cama
El color de tu voz
pintó las sábanas
de añil intenso
Duermes plácidamente
Sobran estrellas fugaces
No puedo desear nada más
Sólo esperar que el ruido
ahuyente las ganas
del que te acompañaba
y besaba la otra noche
Sólo esperar
que el ruido de la soga
al balancear mi cuerpo
no perturbe tu sueño
reflejos en la cama
El color de tu voz
pintó las sábanas
de añil intenso
Duermes plácidamente
Sobran estrellas fugaces
No puedo desear nada más
Sólo esperar que el ruido
ahuyente las ganas
del que te acompañaba
y besaba la otra noche
Sólo esperar
que el ruido de la soga
al balancear mi cuerpo
no perturbe tu sueño
8/13/2007
Negocio redondo
Apología breve de un quehacer alternativo que sin pretender mayor protagonismo es capaz de proporcionar desinteresadamente una cuota razonable de satisfacción personal
Cada vez que emprendemos una empresa no importando de que índole, es necesario analizar fríamente sus aspectos positivos y negativos, tratando de hacer honor al rótulo de homo sapiens que tan orgullosamente llevamos. Bajo esta perspectiva de mejoramiento personal es que me avocaré a defender una práctica que es transversal a nuestra sociedad, no conoce barreras erarias, credos religiosos o tiendas políticas, me atrevería a decir que la necesidad de practicarla va impresa en algún lugar de nuestro genoma. Esta conducta tan democrática es: la masturbación.
Creo absolutamente necesario defenderla, ya que cada día aumenta su desprestigio.
Mi método será la comparación.
1- si tenemos ganas de masturbarnos no necesitamos nada más que nuestro propio cuerpo y la interacción de nuestras manos, eliminando así la posibilidad de que un eventual compañero nos salga con...
- ¡Ay¡ ahora no, ¡tengo una jaqueca¡-.
- Ahora no negrita, ya va empezar el partido del Colo.
- ¡Estoy tan cansado¡ pero les ganamos cinco uno- o
- ¡Pucha¡ no me tomé las pastillas-.
- - están despiertos los niños-.
- ¡Pucha¡ no me tomé la pastillita azul, o de frentón hacerse el dormido etc..
Ventaja para la masturbación por un asunto de orden práctico.
2-Cuando nos masturbamos generalmente lo hacemos en la tranquilidad de nuestro hogar o en algún lugar de toda confianza, en cambio si estamos acompañados debemos pensar en financiar el oneroso arancel del hotel, motel, hostal u hostería correspondiente, sin contar el costo del traslado o cualquier cosa extra, léase, tragos, más cositas para picar, condones, etc.
Punto para la masturbación por un asunto de orden económico
3-Otra ventaja de masturbarse es que nos hace personas más veraces,
Debido a que si estamos solos no tenemos que mentir diciendo algo como...
- ¡Tengo miedo¡ Es mi primera vez-.
- Te lo prometo, el próximo mes nos casamos-.
- ¡Eres tan especial para mí¡-.
- ¡Te quiero tanto¡
- ¡Fue increíble ¡
- -¡estuviste genial¡-, etc..
Punto favorable por un asunto de orden ético.
4-Al masturbarnos sólo estamos con nosotros mismos, por lo que resulta ser una experiencia de carácter confidencial, de esa forma se extingue el riesgo de un compañero boquiflojo, fantasioso o definitivamente picado que destruya con sus relatos verídicos o no, nuestra imagen corporativa.
Ventaja para la masturbación por un asunto de orden social, al fin y al cabo lasmanos no hablan .
5- Si pensamos en lo vertiginoso de nuestra vida y la importancia que adopta el tiempo, no tenemos más que reconocer que masturbarse se acomoda mejor a nuestros requerimientos ya que puede ser un quehacer de breve duración que podemos programar en cualquier minuto, sin que altere nuestro cronograma, en cambio con un compañero deberemos destinar varias horas, pues si sólo hacemos el amor y nos vamos, generaríamos un conflicto de marca mayor.
Punto para la masturbación por ser una actividad absolutamente viable.
6-Por último otra ventaja es que nos permite ser nosotros mismos; si por esas cosas de la vida nuestro ritmo no coincide con el del compañero, se produce una serie de conflictos que nos lleva muchas veces a adoptar una conducta bastante precoz o a fingir, además con la masturbación tenemos satisfacción garantizada. Punto para ella por un asunto de autenticidad y confiabilidad. Sin contar el hecho de que no embaraza ni contagia, además mejora sustancialmente las habilidades de motricidad fina, reduciendo de paso el riesgo de cáncer a la garganta y de pulmón al dejar de fumar el consabido cigarrito.
No pretendo que el pensamiento y las opiniones sean uniformes, pero, debo adjuntar el testimonio de mi dedicación investigativa al enfrentar la realización de un trabajo, es mi costumbre recavar antecedentes que me entreguen un soporte sustentable.
Agradezco su atención y les informo que prontamente saldrá al mercado la segunda parte de este tratado en un esfuerzo sublime por aportar a la cultura, su nombre es. MASTURBACIÓN, manual de usuario.
Para finalizar, imagino que alguno de mis queridos lectores no estará de acuerdo con las conclusiones alcanzadas en este tratado, es aquí donde los insto a desarrollar el sentido empírico y comprobar personalmente si son ciertas, esta vez la respuesta está literalmente al alcance de la mano. Por fin acabé.
Cada vez que emprendemos una empresa no importando de que índole, es necesario analizar fríamente sus aspectos positivos y negativos, tratando de hacer honor al rótulo de homo sapiens que tan orgullosamente llevamos. Bajo esta perspectiva de mejoramiento personal es que me avocaré a defender una práctica que es transversal a nuestra sociedad, no conoce barreras erarias, credos religiosos o tiendas políticas, me atrevería a decir que la necesidad de practicarla va impresa en algún lugar de nuestro genoma. Esta conducta tan democrática es: la masturbación.
Creo absolutamente necesario defenderla, ya que cada día aumenta su desprestigio.
Mi método será la comparación.
1- si tenemos ganas de masturbarnos no necesitamos nada más que nuestro propio cuerpo y la interacción de nuestras manos, eliminando así la posibilidad de que un eventual compañero nos salga con...
- ¡Ay¡ ahora no, ¡tengo una jaqueca¡-.
- Ahora no negrita, ya va empezar el partido del Colo.
- ¡Estoy tan cansado¡ pero les ganamos cinco uno- o
- ¡Pucha¡ no me tomé las pastillas-.
- - están despiertos los niños-.
- ¡Pucha¡ no me tomé la pastillita azul, o de frentón hacerse el dormido etc..
Ventaja para la masturbación por un asunto de orden práctico.
2-Cuando nos masturbamos generalmente lo hacemos en la tranquilidad de nuestro hogar o en algún lugar de toda confianza, en cambio si estamos acompañados debemos pensar en financiar el oneroso arancel del hotel, motel, hostal u hostería correspondiente, sin contar el costo del traslado o cualquier cosa extra, léase, tragos, más cositas para picar, condones, etc.
Punto para la masturbación por un asunto de orden económico
3-Otra ventaja de masturbarse es que nos hace personas más veraces,
Debido a que si estamos solos no tenemos que mentir diciendo algo como...
- ¡Tengo miedo¡ Es mi primera vez-.
- Te lo prometo, el próximo mes nos casamos-.
- ¡Eres tan especial para mí¡-.
- ¡Te quiero tanto¡
- ¡Fue increíble ¡
- -¡estuviste genial¡-, etc..
Punto favorable por un asunto de orden ético.
4-Al masturbarnos sólo estamos con nosotros mismos, por lo que resulta ser una experiencia de carácter confidencial, de esa forma se extingue el riesgo de un compañero boquiflojo, fantasioso o definitivamente picado que destruya con sus relatos verídicos o no, nuestra imagen corporativa.
Ventaja para la masturbación por un asunto de orden social, al fin y al cabo lasmanos no hablan .
5- Si pensamos en lo vertiginoso de nuestra vida y la importancia que adopta el tiempo, no tenemos más que reconocer que masturbarse se acomoda mejor a nuestros requerimientos ya que puede ser un quehacer de breve duración que podemos programar en cualquier minuto, sin que altere nuestro cronograma, en cambio con un compañero deberemos destinar varias horas, pues si sólo hacemos el amor y nos vamos, generaríamos un conflicto de marca mayor.
Punto para la masturbación por ser una actividad absolutamente viable.
6-Por último otra ventaja es que nos permite ser nosotros mismos; si por esas cosas de la vida nuestro ritmo no coincide con el del compañero, se produce una serie de conflictos que nos lleva muchas veces a adoptar una conducta bastante precoz o a fingir, además con la masturbación tenemos satisfacción garantizada. Punto para ella por un asunto de autenticidad y confiabilidad. Sin contar el hecho de que no embaraza ni contagia, además mejora sustancialmente las habilidades de motricidad fina, reduciendo de paso el riesgo de cáncer a la garganta y de pulmón al dejar de fumar el consabido cigarrito.
No pretendo que el pensamiento y las opiniones sean uniformes, pero, debo adjuntar el testimonio de mi dedicación investigativa al enfrentar la realización de un trabajo, es mi costumbre recavar antecedentes que me entreguen un soporte sustentable.
Agradezco su atención y les informo que prontamente saldrá al mercado la segunda parte de este tratado en un esfuerzo sublime por aportar a la cultura, su nombre es. MASTURBACIÓN, manual de usuario.
Para finalizar, imagino que alguno de mis queridos lectores no estará de acuerdo con las conclusiones alcanzadas en este tratado, es aquí donde los insto a desarrollar el sentido empírico y comprobar personalmente si son ciertas, esta vez la respuesta está literalmente al alcance de la mano. Por fin acabé.
Mudream
Es notable, pero lo que más llama la atención a la gente que viene de provincia, son las luces de la ciudad en la noche. Tal vez sean esas imágenes de grandes ciudades cosmopolitas que aparecen en televisión, llenas de luces de neón rojas y azules, como en los anuncios de pub y discoteques que con sus vitrinas inviten a conocer la agitada, alegre y a veces decadente noche. Miran el cielo lleno de anuncios brillantes y en movimiento como si hubiera una fiesta en la azotea de los grises edificios capitalinos. Es raro pero entre tanto espectáculo y alcohol no se dan cuenta que en la noche no hay estrellas, solo una solitaria luna aparece de vez en cuando en el cielo. Pero en la reducida y corrupta provincia de santiago importa poco que las estrellas estén en huelga de brillo y que la luna vagabundee de vez en cuando por las improvisadas fiestas de mitad de semana. Una noche, para la ciudad también importó poco ver como colgaba del pasamanos de un balcón una joven de rasgos aparentemente extranjeros, con rostro perdido de apariencia frágil como el vapor que salía de su boca en esa helada noche. Estaba sostenida de una mano y un pie mientras el resto del cuerpo oscilaba al vacío.
Ella tiritaba no sé si de frío o de miedo mientras solo con una sencilla polera blanca de gimnasia, jeans azules y pies descalzos miraba al cielo como si fuera la única en darse cuenta que el smog y las luces habían apagado las estrellas de nuevo. Estuvo un buen rato ahí como si escuchara algo importante o transcendental de su vida. De un momento a otro tomó aire con fuerza como si se fuera a sumergir en el pozo oscuro de esa noche y soltó su mano del barandal, cayendo con furia esos tres cortos pisos, estrellándose contra una rumba de cajones detrás de un gran basurero anaranjado. El golpe fue brutal, pero no para matarla instantáneamente, todavía quedaba una agonía, antes de diluirse en la noche.
Por ese mismo oscuro callejón caminaba un hombre de unos treinta años vestido con un traje que parecía hecho de de un estropajo o que simplemente era uno, estaba drogado como si el mundo se fuera a apagar, en una de sus manos llevaba una caja de vino.
Miró con sorpresa,- dentro de su estado de semi inconciencia,- a la chica que presentaba una enorme contusión en todo su bostado izquierdo, el drogo se detuvo por un rato, comprobó que no hubiera testigos mientras se quitaba la chaqueta. Puso a la chica bo#a arriba, de nuevo mirando al cielo, notó que aun estaba viva, con los ojos perdidos y moviendo la boca como un pez agónico, tratando quizás de decir algo.
El hombre rápidamente le quitó los jeans y la ropa interior, quedando expuestas al frío sus tibias piernas. Se puso de rodillas frente a ella con el corazón exaltado y jadeante como un animal, le subió la polera y vio sus blancos, tiernos y juveniles pechos apuntando al cielo. Bajó el cierre de sus raídos pantalones quedando al aire su rosado y a esas alturas abultado pene, como si fuera una lanza de carne dispuesta a arrojar su furia contra la moribunda. Se puso encima de ella, le separó bien las piernas y se preparó a dar un primer espolonazo de entrada con violencia desmedida, mientras con desesperación morbosa mordía los delicados senos. La hallaron un par de días después, ocultó su cuerpo dentro del basurero. los del médico legal no supieron si la mato el daño interno de sus órganos provocado por la caída, si fue ahogada en su propia sangre y dolor o por las heridas de brutales golpes provocados por la constante violación del drogo, tal vez Dios al verla se compadeció de ella y le dio el escape final. Es notable, pero a nadie le llamó la atención, el hecho de que una chica extranjera saltara desde el balcón de una oficina publica en pleno centro y que solo un par de jóvenes de la periferia vinieran a retirar el cuerpo. Aparte de ello apenas apareció una pequeña nota en algún diario de mala muerte.
La noticia no le convenía al gobierno, en esa época, quería un tratado de libre comercio con los americanos. No era prudente dar a saber que en chile se viola en forma impune a las extranjeras,- sugirió el ministro-.
Ella tiritaba no sé si de frío o de miedo mientras solo con una sencilla polera blanca de gimnasia, jeans azules y pies descalzos miraba al cielo como si fuera la única en darse cuenta que el smog y las luces habían apagado las estrellas de nuevo. Estuvo un buen rato ahí como si escuchara algo importante o transcendental de su vida. De un momento a otro tomó aire con fuerza como si se fuera a sumergir en el pozo oscuro de esa noche y soltó su mano del barandal, cayendo con furia esos tres cortos pisos, estrellándose contra una rumba de cajones detrás de un gran basurero anaranjado. El golpe fue brutal, pero no para matarla instantáneamente, todavía quedaba una agonía, antes de diluirse en la noche.
Por ese mismo oscuro callejón caminaba un hombre de unos treinta años vestido con un traje que parecía hecho de de un estropajo o que simplemente era uno, estaba drogado como si el mundo se fuera a apagar, en una de sus manos llevaba una caja de vino.
Miró con sorpresa,- dentro de su estado de semi inconciencia,- a la chica que presentaba una enorme contusión en todo su bostado izquierdo, el drogo se detuvo por un rato, comprobó que no hubiera testigos mientras se quitaba la chaqueta. Puso a la chica bo#a arriba, de nuevo mirando al cielo, notó que aun estaba viva, con los ojos perdidos y moviendo la boca como un pez agónico, tratando quizás de decir algo.
El hombre rápidamente le quitó los jeans y la ropa interior, quedando expuestas al frío sus tibias piernas. Se puso de rodillas frente a ella con el corazón exaltado y jadeante como un animal, le subió la polera y vio sus blancos, tiernos y juveniles pechos apuntando al cielo. Bajó el cierre de sus raídos pantalones quedando al aire su rosado y a esas alturas abultado pene, como si fuera una lanza de carne dispuesta a arrojar su furia contra la moribunda. Se puso encima de ella, le separó bien las piernas y se preparó a dar un primer espolonazo de entrada con violencia desmedida, mientras con desesperación morbosa mordía los delicados senos. La hallaron un par de días después, ocultó su cuerpo dentro del basurero. los del médico legal no supieron si la mato el daño interno de sus órganos provocado por la caída, si fue ahogada en su propia sangre y dolor o por las heridas de brutales golpes provocados por la constante violación del drogo, tal vez Dios al verla se compadeció de ella y le dio el escape final. Es notable, pero a nadie le llamó la atención, el hecho de que una chica extranjera saltara desde el balcón de una oficina publica en pleno centro y que solo un par de jóvenes de la periferia vinieran a retirar el cuerpo. Aparte de ello apenas apareció una pequeña nota en algún diario de mala muerte.
La noticia no le convenía al gobierno, en esa época, quería un tratado de libre comercio con los americanos. No era prudente dar a saber que en chile se viola en forma impune a las extranjeras,- sugirió el ministro-.
8/08/2007
Teorema de Zoquete
En virtud
del acabado conocimiento
catedrático lingüístico
reglamentario secular
Y apelando al modo
Infinitivo subjuntivo
del imperativo
tangente subrogante / que
In illo tempore
agasájame
la real academia
de habla hispana
Sin dejar de mencionar
a Don Gerundio Participio
y su constante apoyo
en la causa que ataño
Me declaro
un completo ignorante
de la lengua
madre
del acabado conocimiento
catedrático lingüístico
reglamentario secular
Y apelando al modo
Infinitivo subjuntivo
del imperativo
tangente subrogante / que
In illo tempore
agasájame
la real academia
de habla hispana
Sin dejar de mencionar
a Don Gerundio Participio
y su constante apoyo
en la causa que ataño
Me declaro
un completo ignorante
de la lengua
madre
Involución
Soy un hombre de 30 años
“El adulto joven”
Un joven con canas
y barba de tres días
a lo Clint Eastwood
Esa barba característica
de un Picapiedras con sobre peso
No quiero afeitarme más
Me irrita el constante roce
de una prestobarba ordinaria
Cuando niño
No tenía ni pelos
Pero el afán de aparentar más edad
me llevó incluso
a rasurar el pecho
De todas maneras valió la pena:
Tengo un torso lanudo
Me veo más machote
y las muchachas lo adoran
Ustedes mujeres
se afeitan las piernas
Sepan que si les desagrada
nuestra cara rasposa
al besarnos
Sentimos lo mismo
cuando nos acostamos
y se hacen las lindas
“El adulto joven”
Un joven con canas
y barba de tres días
a lo Clint Eastwood
Esa barba característica
de un Picapiedras con sobre peso
No quiero afeitarme más
Me irrita el constante roce
de una prestobarba ordinaria
Cuando niño
No tenía ni pelos
Pero el afán de aparentar más edad
me llevó incluso
a rasurar el pecho
De todas maneras valió la pena:
Tengo un torso lanudo
Me veo más machote
y las muchachas lo adoran
Ustedes mujeres
se afeitan las piernas
Sepan que si les desagrada
nuestra cara rasposa
al besarnos
Sentimos lo mismo
cuando nos acostamos
y se hacen las lindas
El dedo del medio
Dos tajos adornan la yema
Parte de la uña
salio volando
H d s c h e c
i e a h a l o
l n o s d
o g r t o
s r r a
e e
a
n
No puede chuparlo
Tiene las manos sucias
Pobre hombre
Deberá ocupar
otros dedos
para limpiarse
Parte de la uña
salio volando
H d s c h e c
i e a h a l o
l n o s d
o g r t o
s r r a
e e
a
n
No puede chuparlo
Tiene las manos sucias
Pobre hombre
Deberá ocupar
otros dedos
para limpiarse
8/06/2007
Infancia
El sol entraba despacito por la ventana, poco a poco dejé de dormir sentía la guatita llena de agua, igual que cuando en el verano como mucha sandía.
Hoy es el santo de mi abuelita y llegó la tía Raquel con mis primos, ellos son del campo, todos los veranos vamos a su casa; a mí me gusta mucho el queso y los tomates y la tía me prepara unos causeos deliciosos, - si hasta engordo cuando voy de vacaciones -, yo la quiero mucho.
Tengo suerte justo me desperté antes de que empezara Pinpón, pero, igual no pude verlo todo porque el acusete de mi hermano, le dijo a la mamá lo que me había pasado y ella entre pregunta y pregunta no me dejó tranquila, siempre me gustan mucho sus besitos, pero hoy día hubiera preferido que no fueran tantos, era la continuación del capítulo de ayer y quedó de rechupete.
Mi hermano dice que los programas que yo veo en la tele son muy fomes, - como si los que él ve fueran buenos-, Música Libre, - ¡que risa¡-, total uno ve lo que quiera nadie le manda el gusto.
Me encanta hacer burbujas, siempre le pido rinso a la mamá y con el envase de un lápiz a pasta las tiro por la ventana, a mi abuelita no le gusta que yo haga lavaza porque dice que dejo todo sucio el piso y además es peligroso, - si te la tragas, te mueres-, me dice siempre.
La mamá le iba a contar a mis primos lo que pasó, tuve que suplicarle que no, -ella es muy fresca-, me hizo prometerle que haría la cama de mi hermano a cambio de que no me echara al agua, -¡qué injusta es la vida cuando una es chica¡-
Las burbujas son como mariposas y vuelan libres, me gusta imaginar que voy adentro de una de ellas y subo y subo hasta que un viento molestoso me reviente, - nada es para siempre-, dice mi mamá, -tampoco las burbujas-.
En la mañana la mamá fue a comprar jabón gringo para desmanchar la ropa del papá y yo aproveché para sacar un poquito de rinso sin que se diera cuenta, ayer me retó porque dijo que le había gastado casi todo el paquete en mis porquerías de globos y que el papá se sacaba la mugre para ganarse los pocos escudos que ganaba, - a veces pienso que los grandes son muy raros porque le dicen a los chicos que no mientan, pero ellos mienten el doble,- yo me saco la
mugre todos los días en la tina con agua y jabón, pero no me dan ni un solo escudo-.
Hacer burbujas no es tan fácil como parece, igual que jugar al luche, tiene su ciencia; no es solamente lavaza y soplidos, se trata de saber poner la cantidad justa de aire según el globito que una necesite. Las burbujas pueden ser grandes o chicas y la forma de echar el aire es de vida o muerte para ellas: hay que soplar con la trompita estirada, pero, no como uno la estira para silbar, sino que, un poquitito más cerrada, como cuando la mamá me da ese tónico asqueroso que según ella es muy bueno, sobre todo para mí que soy tan flaca, es fundamental soplar y no chupar, el problema estuvo allí, porque en la mañana y otra vez por culpa de mi hermano, en vez de soplar…..
Mi sesión de burbujas había empezado muy bien, ya tenía lista la lavaza y pude abrir la ventana que da al granado, me gusta especialmente ese lugar porque desde ahí puedo mirar para el lado sin que me vean los vecinos y tirar las burbujas encima de la ropa que la vecina tiende casi todas las mañanas a esa hora. Me dan risa los circulitos blancos que quedan en los pantalones negros de don Sergio cuando las burbujas se secan, no entiendo porque se enoja tanto, al final le estoy haciendo un favor; si el pantalón no tuviera esos lindos adornos, parecería que el viejujo va a un funeral, la cosa es que tomé mucho aire para empezar a fabricar pelotitas, cuando el picota de mi hermano pasó corriendo por detrás de mí y me empujó, yo me pegué en la guatita con el respaldo de la silla en la que me subí para alcanzar la ventana y se me fue todo el aire, -pasó tan rápido- , no tuve tiempo de soltar la bombilla del lápiz que tenía en la boca y adentro del vaso con la lavaza antes de volver a tomar aire, por lo que al respirar otra vez, además de aire entró menjunje por mi garganta. -Si hicieran dulces con sabor a lavaza yo creo que nunca los compraría porque serían realmente asquerosos-.
Primero sentí la lavaza en la boca, un sabor áspero y amargo hizo que me doliera y me ardían las encías como cuando por error comí el ají del papá creyendo que era salsa de tomate y tuve que tomarme dos litros de leche para que se me quitara el ardor de la boca, pero no era sólo eso, la lavaza también estaba en mi garganta y no me dejaba respirar, sentía muy fuerte los latidos del corazón y no podía llamar a la mamá, o a mi abuelita o por último a mi hermano para que
me ayudaran, me caí de la silla y aunque al caer la lavaza llegó a mi guatita igual no podía respirar, tenía fuego adentro. Después sentí ganas de vomitar, pero no salía nada, me puse a llorar y hasta me salieron moquitos, recordé la sentencia de mi abuelita,-si te la tragas te mueres-, me dio pena pensar que me iba a morir tan chica, en estos casi seis años me he dado cuenta de que cuando una tiene más problemas siempre está solita.
Me dolía mucho la guata, me ardía la boca y sentía que no iba a alcanzar a llegar a la cama antes de morir, -pucha la lesera- ¡para qué habré ahorrado tanto si no podré disfrutar de mi esfuerzo’-, el ardor continuaba, la guata se me empezó a mover como si tuviera algo adentro, por fin llegué a la cama, pero, no a la mía; A la de mi hermano. Vi todo negro, me estaba empezando a morir.
Nunca pensé que morirse fuera como cuando una tiene sueño- y después de un ratito de retorcijones de guata, un poquito de vómito y más mocos, me morí.
A pesar de lo que dicen no es tan malo morirse, porque justo resucité cuando iba a empezar Pinpón, a lo mejor otro día si es que me aburro me muero un ratito de nuevo. Pero eso sí, después de los monitos de la tarde.
Hoy es el santo de mi abuelita y llegó la tía Raquel con mis primos, ellos son del campo, todos los veranos vamos a su casa; a mí me gusta mucho el queso y los tomates y la tía me prepara unos causeos deliciosos, - si hasta engordo cuando voy de vacaciones -, yo la quiero mucho.
Tengo suerte justo me desperté antes de que empezara Pinpón, pero, igual no pude verlo todo porque el acusete de mi hermano, le dijo a la mamá lo que me había pasado y ella entre pregunta y pregunta no me dejó tranquila, siempre me gustan mucho sus besitos, pero hoy día hubiera preferido que no fueran tantos, era la continuación del capítulo de ayer y quedó de rechupete.
Mi hermano dice que los programas que yo veo en la tele son muy fomes, - como si los que él ve fueran buenos-, Música Libre, - ¡que risa¡-, total uno ve lo que quiera nadie le manda el gusto.
Me encanta hacer burbujas, siempre le pido rinso a la mamá y con el envase de un lápiz a pasta las tiro por la ventana, a mi abuelita no le gusta que yo haga lavaza porque dice que dejo todo sucio el piso y además es peligroso, - si te la tragas, te mueres-, me dice siempre.
La mamá le iba a contar a mis primos lo que pasó, tuve que suplicarle que no, -ella es muy fresca-, me hizo prometerle que haría la cama de mi hermano a cambio de que no me echara al agua, -¡qué injusta es la vida cuando una es chica¡-
Las burbujas son como mariposas y vuelan libres, me gusta imaginar que voy adentro de una de ellas y subo y subo hasta que un viento molestoso me reviente, - nada es para siempre-, dice mi mamá, -tampoco las burbujas-.
En la mañana la mamá fue a comprar jabón gringo para desmanchar la ropa del papá y yo aproveché para sacar un poquito de rinso sin que se diera cuenta, ayer me retó porque dijo que le había gastado casi todo el paquete en mis porquerías de globos y que el papá se sacaba la mugre para ganarse los pocos escudos que ganaba, - a veces pienso que los grandes son muy raros porque le dicen a los chicos que no mientan, pero ellos mienten el doble,- yo me saco la
mugre todos los días en la tina con agua y jabón, pero no me dan ni un solo escudo-.
Hacer burbujas no es tan fácil como parece, igual que jugar al luche, tiene su ciencia; no es solamente lavaza y soplidos, se trata de saber poner la cantidad justa de aire según el globito que una necesite. Las burbujas pueden ser grandes o chicas y la forma de echar el aire es de vida o muerte para ellas: hay que soplar con la trompita estirada, pero, no como uno la estira para silbar, sino que, un poquitito más cerrada, como cuando la mamá me da ese tónico asqueroso que según ella es muy bueno, sobre todo para mí que soy tan flaca, es fundamental soplar y no chupar, el problema estuvo allí, porque en la mañana y otra vez por culpa de mi hermano, en vez de soplar…..
Mi sesión de burbujas había empezado muy bien, ya tenía lista la lavaza y pude abrir la ventana que da al granado, me gusta especialmente ese lugar porque desde ahí puedo mirar para el lado sin que me vean los vecinos y tirar las burbujas encima de la ropa que la vecina tiende casi todas las mañanas a esa hora. Me dan risa los circulitos blancos que quedan en los pantalones negros de don Sergio cuando las burbujas se secan, no entiendo porque se enoja tanto, al final le estoy haciendo un favor; si el pantalón no tuviera esos lindos adornos, parecería que el viejujo va a un funeral, la cosa es que tomé mucho aire para empezar a fabricar pelotitas, cuando el picota de mi hermano pasó corriendo por detrás de mí y me empujó, yo me pegué en la guatita con el respaldo de la silla en la que me subí para alcanzar la ventana y se me fue todo el aire, -pasó tan rápido- , no tuve tiempo de soltar la bombilla del lápiz que tenía en la boca y adentro del vaso con la lavaza antes de volver a tomar aire, por lo que al respirar otra vez, además de aire entró menjunje por mi garganta. -Si hicieran dulces con sabor a lavaza yo creo que nunca los compraría porque serían realmente asquerosos-.
Primero sentí la lavaza en la boca, un sabor áspero y amargo hizo que me doliera y me ardían las encías como cuando por error comí el ají del papá creyendo que era salsa de tomate y tuve que tomarme dos litros de leche para que se me quitara el ardor de la boca, pero no era sólo eso, la lavaza también estaba en mi garganta y no me dejaba respirar, sentía muy fuerte los latidos del corazón y no podía llamar a la mamá, o a mi abuelita o por último a mi hermano para que
me ayudaran, me caí de la silla y aunque al caer la lavaza llegó a mi guatita igual no podía respirar, tenía fuego adentro. Después sentí ganas de vomitar, pero no salía nada, me puse a llorar y hasta me salieron moquitos, recordé la sentencia de mi abuelita,-si te la tragas te mueres-, me dio pena pensar que me iba a morir tan chica, en estos casi seis años me he dado cuenta de que cuando una tiene más problemas siempre está solita.
Me dolía mucho la guata, me ardía la boca y sentía que no iba a alcanzar a llegar a la cama antes de morir, -pucha la lesera- ¡para qué habré ahorrado tanto si no podré disfrutar de mi esfuerzo’-, el ardor continuaba, la guata se me empezó a mover como si tuviera algo adentro, por fin llegué a la cama, pero, no a la mía; A la de mi hermano. Vi todo negro, me estaba empezando a morir.
Nunca pensé que morirse fuera como cuando una tiene sueño- y después de un ratito de retorcijones de guata, un poquito de vómito y más mocos, me morí.
A pesar de lo que dicen no es tan malo morirse, porque justo resucité cuando iba a empezar Pinpón, a lo mejor otro día si es que me aburro me muero un ratito de nuevo. Pero eso sí, después de los monitos de la tarde.
8/03/2007
Perfume de manzana
Maipú, provincia de santigo, 10:30pm
Estaba oscuro hacía horas, asi es junio, mesquino y frio. Una inerte magia recorria el ambiente de aquella noche tan comun, en que las sopaipillas eran una verdadera bendición,
Mientras el calor de las estufas escapaba de las casas encaramadas en los cerros con un aire porteño que confundiria a cualquiera, dentro de ese ambiente de hogares protegidos de la fria noche, aparecía una excepcion. una casa con las luces apagadas y sin estufa, de aspecto descuidado, amargo y solo, donde la unica señal de vida, la daba un par de aturdidos ojos mirando el techo hacía horas, antes habian llorado hasta quemarse, sin control. mientras un cuerpo fino temblaba,sin fuerza, hasta adormecerse.
Lo ultimo que recordaba era culpar a Dios por seguir respirando. todo estaba oscuro y los temblores terminaron, solo el par de ojos mirando los clavos del techo, el resto del cuerpo seguia rescostado en el sofa. En un cansado esfuerzo ella se levanta y quita los sapatos negros todos embarrados dejándolos tirados, luego, subió los frios escalones de madera, lentamente como en un ritual religioso, entró al baño, encendió la luz, cerró la puerta puso el tapón en la tina, dió el agua caliente. De prisa abrió un poco la ventana, odiaba cuando se juntaba vapor.
Comenzó a desnudarse con delicadeza, se quitó el polar azul y luego el uniforme del colegio enpezando por la corbata, el jumper, las pantys, la blusa banca y por ultimo la ropa interior. Dejando todo ordenado y doblado sobre una pequeña silla .
Se metió en la tina. Hcíia ya dos dias que no comia y tres que no se daba un baño, se sentia sucia, inmunda, tanto su cuerpo como su corazon.
Recostada en la tina sentia como el agua temperada resusitaba su cansado cuerpo, relajándolo a tal punto que no demoró mucho en quedarse dormida.
Unas horas después despertó de inproviso, su nariz y sus mejillas estaban muy, pero muy, frias. De su boca salia vapor.
Levantó uno de sus brazos para alcanzar una toalla pero estaba congelado y torpe, con un brusco movimiendo botó un vaso que habia dejado allí esa mañana, el vaso se quebró en varios pedazos.
Pedazos que se distribuyeron de diversos tamaños sobre el tapete que habian instalado para no caerse, ella. sólo quedo mirando los pedazos esparcidos como lluvia .
Al borde de la tina, estaba el pedazo más grande, tosco, filoso y tan agudo como las lamentaciones en su mente.
En ese momento los recuerdos la recorrieron entera. Habia tanto dolor, tanto sufrimiento, tanto rencor y odio por sí misma. El pedazo de vidrio, el filoso pedazo, cobró sentido, sería tan útil.
En cambio ella era inútil, cobarde, egoísta,- Soy lo peor-, pensó.
Se largaria para siempre. Nadie la extrañaria, porque a nadie le hacía falta, no provocaria mas daño a nadie. No seria feliz, pero era la mejor solucion.
La tranquilidad eterna.
Tomó el afilado trozo del vaso, trató de levantarse, su cuerpo estaba entumecido, como muerto. Parecía que la mitad del trabajo estaba hecha, bastaría con vaciar sus delgadas venas.
Se enderezó con mediano esfuerzo, levantó la cabeza como mirando al cielo, puso el filo del vidrio sobre su muñeca izquierda y presionó.
Pensó por última vez en esa persona que la amó y la aceptó siendo ella misma.
Un segundo antes de cortarse soltó el improvisado cuchillo y se dijo,
-hasta para esto soy débil y cobarde-, Mientras abrazaba sus rodillas en posiciónn fetal.
En eso se abrió la puerta y se encendió la luz del living. Mama llegaba de nuevo tarde del trabajo.
*más allá del cielo y el infierno....
Estaba oscuro hacía horas, asi es junio, mesquino y frio. Una inerte magia recorria el ambiente de aquella noche tan comun, en que las sopaipillas eran una verdadera bendición,
Mientras el calor de las estufas escapaba de las casas encaramadas en los cerros con un aire porteño que confundiria a cualquiera, dentro de ese ambiente de hogares protegidos de la fria noche, aparecía una excepcion. una casa con las luces apagadas y sin estufa, de aspecto descuidado, amargo y solo, donde la unica señal de vida, la daba un par de aturdidos ojos mirando el techo hacía horas, antes habian llorado hasta quemarse, sin control. mientras un cuerpo fino temblaba,sin fuerza, hasta adormecerse.
Lo ultimo que recordaba era culpar a Dios por seguir respirando. todo estaba oscuro y los temblores terminaron, solo el par de ojos mirando los clavos del techo, el resto del cuerpo seguia rescostado en el sofa. En un cansado esfuerzo ella se levanta y quita los sapatos negros todos embarrados dejándolos tirados, luego, subió los frios escalones de madera, lentamente como en un ritual religioso, entró al baño, encendió la luz, cerró la puerta puso el tapón en la tina, dió el agua caliente. De prisa abrió un poco la ventana, odiaba cuando se juntaba vapor.
Comenzó a desnudarse con delicadeza, se quitó el polar azul y luego el uniforme del colegio enpezando por la corbata, el jumper, las pantys, la blusa banca y por ultimo la ropa interior. Dejando todo ordenado y doblado sobre una pequeña silla .
Se metió en la tina. Hcíia ya dos dias que no comia y tres que no se daba un baño, se sentia sucia, inmunda, tanto su cuerpo como su corazon.
Recostada en la tina sentia como el agua temperada resusitaba su cansado cuerpo, relajándolo a tal punto que no demoró mucho en quedarse dormida.
Unas horas después despertó de inproviso, su nariz y sus mejillas estaban muy, pero muy, frias. De su boca salia vapor.
Levantó uno de sus brazos para alcanzar una toalla pero estaba congelado y torpe, con un brusco movimiendo botó un vaso que habia dejado allí esa mañana, el vaso se quebró en varios pedazos.
Pedazos que se distribuyeron de diversos tamaños sobre el tapete que habian instalado para no caerse, ella. sólo quedo mirando los pedazos esparcidos como lluvia .
Al borde de la tina, estaba el pedazo más grande, tosco, filoso y tan agudo como las lamentaciones en su mente.
En ese momento los recuerdos la recorrieron entera. Habia tanto dolor, tanto sufrimiento, tanto rencor y odio por sí misma. El pedazo de vidrio, el filoso pedazo, cobró sentido, sería tan útil.
En cambio ella era inútil, cobarde, egoísta,- Soy lo peor-, pensó.
Se largaria para siempre. Nadie la extrañaria, porque a nadie le hacía falta, no provocaria mas daño a nadie. No seria feliz, pero era la mejor solucion.
La tranquilidad eterna.
Tomó el afilado trozo del vaso, trató de levantarse, su cuerpo estaba entumecido, como muerto. Parecía que la mitad del trabajo estaba hecha, bastaría con vaciar sus delgadas venas.
Se enderezó con mediano esfuerzo, levantó la cabeza como mirando al cielo, puso el filo del vidrio sobre su muñeca izquierda y presionó.
Pensó por última vez en esa persona que la amó y la aceptó siendo ella misma.
Un segundo antes de cortarse soltó el improvisado cuchillo y se dijo,
-hasta para esto soy débil y cobarde-, Mientras abrazaba sus rodillas en posiciónn fetal.
En eso se abrió la puerta y se encendió la luz del living. Mama llegaba de nuevo tarde del trabajo.
*más allá del cielo y el infierno....
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