Sin palabras
Dentro del vagón no me quitaba los ojos de encima, marcando la diferencia de esa mañana, me daba vergüenza pero me gustaba; de pronto,¡ bendita frenada brusca¡ que me dejó a centímetros de su cara, otra más y su mano bajaba por mi espalda, pensé que no debía permitirle tal osadía, pero estaba tan repleto que no cabía palabra alguna.
Fue un romance corto, bajó en estación Tobalaba y sin decirme adiós se llevó mi corazón junto con mi billetera
1 comentario:
Buenisimo!!,el final inesperado fue una obra maestra emilia!!.
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