Ella pasa por mi cuarto
Como sombra extraña
Sujeto el cielo con una mano
Y recojo estrellas con la otra
La rutina reveló
el escondite de la noche
y no hay donde guarecerse
ni siquiera en nosotros mismos
estrellas fugaces
se volvieron fugitivas
y terminaron estrellándose
en el cielo raso
guardo entre mis manos
Imágenes de ella
que el ronquido del hastío
no logró arrebatarme
y aquí estoy
como cada noche
insomne
recorriendo la casa
llena de puertas cerradas
sin ventanas
que den a la primavera
2 comentarios:
Me gusto tu poema,muy intimo y claro a la vez,excelente emilia!!
Descubrir nuevos mundos,
abrir lo ojos desplegar el alma
como las palomas sus alas al viento,
todo eso hace de tí alguien especial.
Gracias por compartir con nosotros este escondite.
Publicar un comentario