1/05/2012

Hambre Animal


Caminaba angustiado por una Alameda irreconocible : personas de todas las razas y credos,edificios inteligentes que llegan hasta el cielo y ratones idiotas corriendo por las alcantarillas. Un hambre depredadora lo tenìa en una crisis y tan solo le faltaban 5 minutos para entrar al trabajo. En su pequeña oficina ubicada en calle Morandè unicamente se tomaba cafe y se fumaban cigarrillos baratos. La comida era un escape para ahogar sus frustaciones y al mismo tiempo,una necesidad.

Un bocinazo lo hizo volver a la calle que transitaba, al tiempo que se encuentra con un restaurant de comida vegetariana y venciendo sus prejuicios abre la puerta y entra....

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