Cuento de terror, de Andrés Neuman
Me desperté recién afeitado.
El emigrante, de Luis Felipe Lomelí
- ¿Olvida usted algo?
- ¡Ojalá!
Justicia, de Jaime Muñoz Vargas
Hoy los maté. Ya estaba harto de que me llamasen asesino.
Sin título, de Ernest Hemingway
Se venden zapatos de bebé, sin usar.
El dinosaurio, de Augusto Monterrosso
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Corazonada, de Antonio Cabrera
Rápido —dijo—, arrojad a ese río las cenizas del Fénix.
¡Sorpresa!, de José Costa Santiago
La primera mañana después de mi muerte...
via Taller de escritores
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