1/07/2011

Onírico


I

Herida la noche de sutil humedad

Amamanta a las hojas con rocío

Endulzando gargantas de ruiseñores insomnes

Cómplices de la fuga de las estrellas


Nubes y sueños nublan el cielo

De la ciudad que duerme

Con un ojo cerrado y otro abierto


cientos de almas antidiluvianas

circulan en infinita procesión

patrullando los pasillos

atisbando desde el closet

de cualquier casa

de tu casa

o de la mía

nublando el respiro del tiempo

que las mira confundido

II

la madrugada luce cicatrices rojizas

anaranjadas

blanquecinas

que salpican las nubes

la noche se envolvió sobre si misma

y se escondió del sol

dentro de los ojos de un cuervo

III

la mañana despierta de improviso

con la alarma del reloj

los ojos se abren de par en par

y el espejo se sorprende de verme

otro día de una noche demasiado corta

incluso para un sueño

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