Lentamente floto en un mar de dudas
Busco la llave de puertas secretas
Extraño el volar de manos inquietas
Entra la noche me encuentra desnuda
Sòlo el ruiseñor en la noche muda
Cantando penas su garganta aprieta
Trina soledad con su voz coqueta
No es capaz de ver si el cielo estornuda
Mariposas nocturnas desveladas
Presagiando telúricos inviernos
Trémulas de pavor van enredadas
Lleva el corazón espadas agudas
Solo confusión la noche callada
Floto boca abajo en un mar de dudas
¡ilusíón que me hace dormir sobre la copa de un árbol!
Brindo por la selección
por su esfuerzo, por su garra
porque la emoción desgarra
si en el campo entra en acción
luchando como león
mojando la camiseta
con esa pasión secreta
que brinda toda ilusión
coraje, tesón y arrojo
con su blanco , azul y rojo
luchando en tierras extrañas
trepando en la telaraña
al otro extremo del mundo
nos ofrece con su fútbol
una esperanza certera
de llegar la vez primera
a ser campeones del mundo
Arriba la selección
Que el ánimo no se pierda
Se me agranda el corazón
Entré mi cuerpo a la muerte
Mortajada en un manto verde
saqué del espejo mi vivo retrato
Y lo puse dentro de mis párpados
Para no olvidar
La memoria levanta la cabeza
Pero no consigue ver nada
No hay luz en el túnel
Ni túnel
Ni llamas abrasadoras
Ni coro celestial
Ni parientes que te abracen
sólo recuerdos en retirada
flotando en el último respiro
sueños con pañuelos blancos
despidiéndose
miran con tristeza
lo que quise ser
acompañan lejanos
que quiere la muerte de mí
que gana
llevándome a dormir con ella
mi espíritu
que busca la muerte
cerrando mis ojos
trenzando mi cabello en huesuda eternidad
donde guarda la muerte su botín
que abismo inalcanzable
custodia su secreto
cuando duerme la muerte
cuando
muere la muerte
Mi hermanito corre.
Idealiza un balón y un juego errante.
Viste camiseta y corte de un juglar que entinta el horizonte.
Mi hermanito corre…
Se apasiona con la esférica rotación de una pelota.
La patea y en el pecho hace vuelo, y corre.
Le dispara hacia la portería… Y corre.
Le sujeta con el hombro, con muslo,
y tiro, y brinco, y juego, devoro, arraso,
engullo, triplico mis manos y desboco,
apago el sol con un mordisco,
trituro al tiempo, sofoco al aire,
me inmiscuyo en la red que hay en el fondo y driblo,
sacrifico la luna hasta el aullido,
sacudo al mar hasta que bufe,
grito gol como un demente:
con toda mi hambre,
con toda el alba y agonía,
con cada partícula y nébula esparcida,
con cada luz que recorre esta terrenal y enardecida letanía.
Alucino y extasío hasta vibrar el sino.
Expando al mundo más allá del orbe.
Fecundo al eco hasta que llore.
Bullo en exabruptos y ardo en entusiasmos.
Y salto y grito…
Y salto…
Y…
Mi hermanito corre.
Idealiza un balón.
Él sabe algo de esos menesteres.
Salvador Pliego
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Salvador Pliego
