Las sábanas me atrapan en un atillo
agrandan la cama
encogen la noche
suspiros evaporados
se condensan en el techo
humedeciendo recuerdos
mi piel cabalga en un roce
ata y libera ambrosías
palmo a palmo
alcanzo
el aroma onírico
que habita tu camisa
los ojos pesan
igual que mi cuerpo
me abandonan
abrazo la almohada
siempre en el atillo
cuando la noche se encoge
al tamaño
de mi cama
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