Remo en el aire nado a toda maquina con alas sumergidas canto a voz en cuello poniendo azul dentro del azul desempolvando señales de forma redondeada remo en el silencio de palabras incansables
Azul en el azul vuelo nubes adentro de quien es la voz que canta mis versos?
quien rema a brazo partido sobre mi pagina endulzando la voz viviendo entre líneas remo en el aire secando letras interrogando respuestas sospechosas razones palidecidas sumergidas en un mar de algas lineales
de quien puede ser la voz que entona mis versos si no de ellos mimos remando a brazo partido poniendo azul sobre otro azul
Te abrazo, poeta Mario Benedetti, convencido del amor, comprometido, cotidiano, solidario. Tu verso es un silabario y como el pan o el arroz nos alimenta tu voz que en la Sala de las Artes retumbó como estandarte: somos mucho más que dos…
Y la Sala de las Artes se repletó aquella vez, porque tu palabra es para mi pueblo un baluarte. Por eso querrá escucharte siempre erizada la piel y a tu canto será fiel intacto en tu voz preclara, o en la de Nacha Guevara o en la de Joan Manuel…
Prestaste igual atención a tan diferentes sueños: desde los Olimareños al Conde de Lautréamont… Tu puente entre la canción y el poema en castellano, tan latinoamericano, tan vibrante, tan ardiente, es más que eso, es un puente entre los seres humanos…
Tu papel mojado quiso enlazar –fue tu deseo– el mar de Montevideo al mar de Valparaíso. Detestabas lo postizo, lo trucho, lo artificial, y como buen oriental no alzaste tu poesía como si fuera el vigía del legado occidental…
Pero fuiste igual un faro que alumbró la noche oscura, pues tu canto y tu lectura eran como un día claro… Sobreviviendo al amparo de tu mensaje, poeta, alcanzamos nuestra meta y fuiste de tanta ayuda como Víctor y Neruda, como Silvio y la Violeta…
Hace años fui a disfrutar bajo el uruguayo sol, al Palacio Peñarol me invitaron a cantar… Luego había que bailar con las murgas, por supuesto, y el popular manifiesto de una nación hermana oí en Araca la cana, la BCG y Falta y resto…
Regresaré a tu país, ya sueño con ese viaje, para cantar mi homenaje a tu verso y tu raíz. En un reencuentro feliz, sin láser y sin confetti, cantaremos con Viglietti en tu amada patria hermosa, en la Sala Zitarrosa o en el Teatro Benedetti!